En el vertiginoso mundo de las fintech, donde la innovación y la disrupción se encuentran en cada esquina, existe un componente esencial que garantiza la confianza y la seguridad: el compliance o cumplimiento normativo. Esta columna vertebral regulatoria no solo asegura que las operaciones financieras se desarrollen dentro de un marco legal, sino que también protege a los consumidores, instituciones y al sistema financiero en su conjunto.
En Latinoamérica, una región caracterizada por su diversidad cultural y económica, el paisaje regulatorio de las fintech ha estado en constante evolución, buscando equilibrar el impulso innovador con las consideraciones de seguridad y confianza. Esta primera parte de nuestro artículo, se adentrará en el corazón del compliance fintech en LATAM, desde sus inicios hasta los desafíos actuales, proporcionando una perspectiva integral, pero concisa, de su desarrollo y su impacto en el sector.
Latinoamérica, a pesar de sus múltiples diferencias entre países, ha presentado tendencias comunes en términos de regulación financiera. A medida que las primeras fintech comenzaron a surgir en la región, las autoridades se vieron en la necesidad de establecer un marco regulatorio que las contemple, porque surgieron para quedarse, y revolucionar el mercado
Hacia la segunda década del siglo XXI, los países de LATAM empezaron a observar la aparición de startups que ofrecían soluciones financieras tecnológicas, desde pagos móviles hasta préstamos P2P. Estas iniciativas, si bien prometían revolucionar el panorama financiero, operaban en una zona legal gris, ya que las regulaciones existentes no estaban diseñadas para este tipo de empresas. México, por ejemplo, tomó la delantera en 2018 con la llamada “Ley Fintech”, una de las primeras en la región, que buscaba regular las actividades de estas startups y garantizar la seguridad de los consumidores. Nos adelantamos un poco en el tiempo para señalar que la expectativa es que México, de un nuevo avance, ahora desde el Open banking.
Uno de los principales retos fue, sin duda, la diversidad de servicios ofrecidos por las fintech. No es lo mismo regular una plataforma de crowdfunding que una billetera electrónica. Además, se necesitaba garantizar que las fintech operaran bajo estándares similares a los de las instituciones financieras tradicionales en términos de prevención de lavado de dinero y protección al consumidor, sin sofocar la innovación.
Las regulaciones iniciales, por lo tanto, buscaron categorizar a las fintech según sus actividades, estableciendo requisitos específicos para cada tipo. Así, por ejemplo, las plataformas de préstamo P2P debían garantizar la transparencia en las tasas de interés, mientras que las billeteras móviles tienen límites en cuanto a montos transaccionados sin verificación completa del usuario.
El inicio del marco regulatorio fintech en LATAM fue un proceso de adaptación y aprendizaje, donde las autoridades buscaban proteger tanto a los consumidores como al sistema financiero, sin entorpecer la innovación que los nuevos jugadores prometían. Esta dinámica, lejos de haber concluido, sigue en constante evolución, adaptándose a los nuevos desafíos y oportunidades que el sector presenta. Sin embargo, estamos convencidos de que esta es sin duda, una espiral hacia la evolución.
A medida que las fintech continuaban creciendo y diversificando sus ofertas, los marcos regulatorios en LATAM necesitaban evolucionar para mantener el ritmo, por demás decir, que es rápido, rapidísimo . Esta adaptación ha sido fundamental para permitir que el sector crezca de manera segura y confiable.
Tras la implementación de las primeras regulaciones, las autoridades observaron áreas que necesitaban más claridad o adaptación. Países como Brasil, Colombia y Argentina introdujeron cambios para acomodar la aparición de nuevas tecnologías como criptomonedas y tecnologías de cadena de bloques -blockchain-. Estas adaptaciones también contemplaron la incorporación de normas más estrictas en áreas como protección de datos, dada la naturaleza digital de las fintech.
La reacción del sector a estas regulaciones ha sido mixta. Mientras que algunas empresas han visto en estas normativas una oportunidad para fortalecer su posición y ganar confianza con los usuarios, otras sintieron que las regulaciones eran demasiado estrictas o limitantes, lo que afectaba su capacidad de innovación e incluso su viabilidad financiera, el futuro tenía sorpresas para muchas de ellas, entre las cuales se encontraron las adquisiones, el recorte de personal o la desaparición. Sin embargo, en general, la tendencia ha sido hacia la adaptación y el cumplimiento, con fintech invirtiendo en equipos de compliance y herramientas tecnológicas para
garantizar la adherencia a las normativas.
Mientras las fintech siguen avanzando y las tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y el big data ganan terreno, la situación regulatoria en LATAM sigue intentando ser un equilibrio entre innovación y seguridad.
Hoy en día, la mayoría de los países de LATAM tienen algún tipo de regulación específica para las fintech. Estas regulaciones abordan desde pagos digitales, crowdfunding, insurtech, hasta servicios relacionados con criptomonedas. Sin embargo, la profundidad y amplitud de estas regulaciones varían ampliamente de un país a otro, siendo México, Brasil y Colombia los más avanzados en este sentido.
Latinoamérica, en la actualidad, se encuentra en un estado interesante de relativa madurez en cuanto a la regulación fintech. Si bien aún existen áreas grises y desafíos, la mayoría de los países han establecido marcos regulatorios que reconocen y categorizan a las fintech de acuerdo con sus funciones y servicios.
Tenemos entonces:
Actores: Las fintech, sin duda, son los protagonistas de este ecosistema, pero no están solas. Las instituciones financieras tradicionales están entrando en el juego, ya sea colaborando con fintech o desarrollando sus propias soluciones digitales. Además, organismos reguladores nacionales, como la CNBV en México o la Superintendencia Financiera en Colombia, están tomando un papel activo en la definición del panorama regulatorio. A nivel regional, organizaciones como la Asociación Latinoamericana de Fintech e Insurtech (ALFI) buscan promover la colaboración y compartir las mejores prácticas.
Los principales actores incluyen tanto a las fintech emergentes como a las instituciones financieras tradicionales, que buscan adaptarse y competir en este nuevo terreno. Además, organismos multilaterales como el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y la CAF (Corporación Andina de Fomento) juegan un papel en la armonización y promoción de mejores prácticas.
Normativas: La protección del consumidor es una prioridad en todas las regulaciones. Esto abarca desde la transparencia en las tarifas y tasas de interés hasta la protección de datos. Además, la prevención del lavado de dinero y la financiación del terrorismo es un componente crucial de estas regulaciones, especialmente dada la naturaleza digital y transfronteriza de muchas operaciones fintech. La regulación de las criptomonedas también está tomando un papel prominente, con países como Argentina y México estableciendo marcos para su uso y comercialización.
Un desafío constante es la velocidad de innovación en las fintechen fintech, que a menudo supera la capacidad de los reguladores para adaptarse, lo que lleva a la necesidad de marcos flexibles y proactivos, o en el peor de los casos, el temido pero real, de-risking.
Desafíos actuales: Uno de los principales desafíos es la rapidez con la que evoluciona el sector fintech en comparación con la velocidad de la legislación. Las fintech a menudo se encuentran innovando en áreas que aún no están claramente reguladas, lo que puede llevar a incertidumbres. Además, existe el reto de crear regulaciones que sean lo suficientemente flexibles para promover la innovación, pero lo suficientemente estrictas para proteger a los consumidores y mantener la integridad del sistema financiero.
El estado actual del compliance en LATAM es el resultado de años de evolución y adaptación. Si bien existen desafíos, la región está claramente comprometida con un desarrollo seguro y regulado de las fintech, lo que augura un futuro prometedor para el sector.
Hay mucho por descubrir en el ambiente fintech, te invitamos a acompañarnos en la segunda parte de nuestra perspectiva, al estilo Inswitch.
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